En el post de hoy
hablaremos de historias (novelas) que son un éxito por los distintos méritos
que pueden convertir un texto en algo increíble, en algo que mueve masas porque
tiene un ingrediente especial.
JUEGO DE TRONOS
El primer caso
que se me viene a la cabeza es el de la saga Juego de Tronos. La literatura de
aventuras de épica medieval siempre ha sido vista como “cosa de niños”. Las
sagas literarias del género se proyectaban para el lector juvenil (y adulto),
pero era obvio que, aunque en ella hubiese muertes y matanzas (no es lo mismo),
mantenían, de todos modos, el mismo aire “inocente” de las películas de
superhéroes (por poner un ejemplo). Dragones, hechizos, gigantes, bosques
encantados, armaduras mágicas… y, generalmente, aventuras de un grupo de
valientes muy variopinto que se desplaza de un confín a otro de un mundo
plagado de lugares fantásticos y razas extraordinarias, quizá buscando el arma
definitiva para derrotar al malo malísimo de turno.
En esencia, Juego
de Tronos se ciñe relativamente a estos conceptos básicos del género. Es obvio
que nadie escribiría aventuras de fantasía épica sin una gran guerra de por
medio, como es imposible hacerlo sin un rey o reyes, sin un brujo, sin algunas
bestias fantásticas…
¿En qué radica,
pues, el extraordinario éxito de esta saga? La respuesta es que, aparte de que
este autor (George R. R. Martin) sabe enredar la trama de forma sorprendente y
que emplea unos diálogos muy ingeniosos, Juego de Tronos incorpora los
ingredientes que habitualmente faltaban en este tipo de obras a fin de
aproximar un poco más el auténtico medievo a la épica literaria de castillos y
reinos. Si leemos un poco de historia enseguida nos daremos cuenta:
conspiraciones, envenenamientos, emboscadas, traiciones, casamientos pactados…
y ahora, palabrotas… sexo.
…Ya sabemos que
también muere gente. La que sea. Eso innova mucho. Eso atrae a los lectores y,
por otro lado, es muy realista, pues la vida misma (la de palacio en este caso)
nunca ha tenido preferencia por nadie. De hecho, la obra se cimienta más en los
excesos de la conducta humana que en los excesos de la magia y la fábula (pocos
seres mitológicos, menos brujería, etc).
Ciertamente, así
se crea tendencia. Ya le han salido imitadores. Y ojo, que la palabra imitar no es del todo justa. Si lo
fuese, diríase con justicia que George R. R. Martin imita a Tolkien, lo cual no es cierto porque todos los autores,
absolutamente todos (por no hablar de otro tipo de creadores o artistas) imitan, o más concretamente se inspiran en sus predecesores. Poco a
poco, los géneros salen de su propio nicho y dejan de estar estancados en más
de lo mismo. Cuando esto ocurre (te sales de la rutina), pues, tienes un best
seller. Es el caso de Juego de Tronos, indudablemente. No lo olvides para tus
siguientes trabajos.
HARRY POTTER
Esta obra
literaria ha sido un verdadero bombazo por un motivo distinto al anterior. Las
innovaciones son algo más relativas, y creo que la gran virtud de este
increíble trabajo literario se basa en que ha nacido directamente como clásico.
Teniendo en cuenta que, por naturaleza, muchas aventuras británicas traen de la
mano ese aire añejo apenas por citar una calle inglesa, la saga de J. K.
Rowling tiene la increíble virtud de transmitir la sensación de que su historia
existe desde siempre, que no solo nos suena el estilo, sino hasta los
personajes… como si los conociésemos de toda la vida. Creemos estar leyendo un
libro de nuestra juventud, algo que ya nos es conocido. Incluso, que la saga
Harry Potter es tan obvia en sí misma que no podría existir de ninguna otra
manera.
De otro lado, no
solo se escribió atemporal, sino con un carácter universal a la hora de elegir
a sus lectores. Lo ha leído todo el mundo, despertando a muchos niños que
muchos creíamos olvidados en nuestro interior.
Llegar a este
nivel es un poco más complicado. Quizá es la obra cumbre que un autor solamente
tendrá una vez en su vida, como parece estar ocurriendo con la señora Rowling
(y espero, deseo, equivocarme).
SAGA CREPÚSCULO
Si bien es cierto
que, con algo de perspectiva, esta aventura literaria (y cinematográfica, como
es obvio en los tiempos que corren) es agua pasada a tenor de cierta gente que
la detesta y, a estas alturas y ya pasada su fiebre, quizá hasta nos pueda
parecer un poco ridícula, el bombazo
crepúsculo tiene su origen en la innovación dentro del género de vampiros,
en este caso haciendo una especie de Romeo y Julieta que no se queda como tal,
sino que sugiere (intenta) una especie de círculo amoroso no solo entre el
vampiro y la chica, sino que de por medio hay un hombre lobo que también se
enamora de ella.
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Javier Ramírez
Innovaciones
secundarias como el tratamiento que se da a los vampiros (no mueren a la luz
del día, sino que brillan como con piel diamantes cuando se exponen al sol) no
justifican para nada su éxito, pero aportan un dato curioso. Sí que, de todos
modos, nos hallamos con los personajes perfectos para con la trama (nombres,
personalidades, actitudes) y una vida de instituto (que da mucho juego). La
novela romántica juvenil (o para adultos con personajes jóvenes) está
despuntando hoy día, sobre todo en las que a amores más imposibles que nunca se
refiere (romance paranormal, un
género que parece haber nacido con esta saga a la que espero, algún día, se le
reconozca ese mérito).
50 SOMBRAS DE
GREY
Si bien estamos
ante otra historia de caballero medieval versus princesa (un pretty woman de manual), ahora le
metemos al asunto la afición del chico a los juegos eróticos, al supuesto sado,
dominación, o lo que quiera que se llamen esas cosas. La chica, cuya
personalidad es prácticamente calcada a la de la chica de Crespúsculo (aunque
menos patosa) se “somete” al galán joven y atractivo, y sobrado de dinero.
La saga despertó
sensualidades perdidas por ahí de los hogares, y reveló las fantasías de cama
de muchos. Sí, las mujeres también estaban hambrientas de todo esto y esta saga
ha relevado esta realidad… por otro lado, más lógica imposible.
El lado oscuro de
todo esto, de todos modos, es el debate sobre si el personaje masculino ejerce
machismo sobre ella. No en la cama, claro está, sino en la vida cotidiana; es
un controlador. Hablamos de un libro ampliamente aceptado por el sector
femenino, el que considera que Christian Grey, pese a todos sus defectos, sigue
siendo un buen partido. Quizá hay detalles que cabría analizar en un estudio
social, pero bueno, eso es para expertos en el tema; nosotros, desde el punto
de la literatura, debemos quedarnos con las claves de su éxito.
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